La Conferencia Internacional de la EHFCN sitúa a España en el centro del debate europeo sobre transparencia, ética institucional y prevención del fraude, reforzando un modelo sanitario que apuesta por la confianza pública, la innovación regulatoria y la gobernanza responsable.
Por Any Altamirano
HoyLunes – España ha dado un paso firme —y profundamente simbólico— en su camino hacia una gobernanza sanitaria más ética, más sólida y más preparada para los desafíos de la próxima década. La celebración en Madrid de la 16ª Conferencia Internacional de la European Healthcare Fraud and Corruption Network (EHFCN) no es solo un evento técnico: es la confirmación de que el país ha decidido liderar una nueva cultura de integridad, un proyecto que convierte la transparencia en una política pública estratégica y no en un simple principio abstracto.
La ministra de Sanidad, Mónica García, subrayó durante su intervención una visión que conecta modernización institucional, ética pública y calidad asistencial:
“España lidera una nueva cultura de integridad en sanidad. No se trata solo de detectar irregularidades, sino de rediseñar los sistemas públicos para prevenirlas desde su origen”.
Ese mensaje, pronunciado ante representantes europeos del sector sanitario, resume una tendencia que ya se observa en los sistemas más avanzados del continente: la integridad no es un complemento, sino un factor estructural para garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos.

Durante la conferencia, España presentó uno de los avances más relevantes del último año: la implantación de una metodología sistemática para la identificación y gestión de conflictos de interés en el ámbito directivo, aprobada en mayo de 2025 por la Comisión Permanente del Observatorio contra el Fraude y la Corrupción Sanitaria.
Los resultados son significativos y reflejan un trabajo profundo:
138 funciones evaluadas en nueve centros directivos y organismos públicos.
314 indicadores de riesgo identificados.
264 medidas preventivas ya implantadas.
23 nuevas acciones de mejora, elaboradas junto a cada unidad.
Más allá de las cifras, lo que destaca es la madurez institucional.
Como señaló la ministra: “Hablar de conflictos de interés no es un signo de desconfianza, sino una muestra de madurez democrática”.
España apuesta así por una gobernanza basada en datos, revisiones periódicas, aprendizaje continuo y participación de todas las capas directivas. Un modelo que cada vez más países observan con interés.
Colaboración internacional: un puente para la gobernanza del futuro
La celebración de la EHFCN en España marca un antes y un después. No solo por su carácter inédito, sino porque sitúa al país como plataforma de diálogo europeo en materia de integridad sanitaria.
El trabajo con instituciones clave como el Servicio Nacional de Coordinación Antifraude (SNCA) y la inclusión del Observatorio en el V Plan de Gobierno Abierto demuestran un compromiso sostenido, transversal y conectado con la agenda internacional.
La visita de expertos internacionales y la presencia de líderes en divulgación y ética pública —como Christian Gálvez, José Manuel Nieves o Claudio Giorgione— dimensionan un encuentro que combina enfoque técnico, reflexión cultural y visión de futuro.
2026: un horizonte de consolidación, premios y nuevas herramientas
La ministra avanzó una hoja de ruta clara para el próximo año:
Consolidación y perfeccionamiento de las herramientas desarrolladas en 2025.
Ampliación de la matriz sectorial de riesgos.

Celebración de los Primeros Premios del Observatorio contra el Fraude y la Corrupción en Sanidad, un reconocimiento que servirá para visibilizar las mejores prácticas éticas del sistema.
La presencia del secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, reforzó además la dimensión técnica del debate, con un análisis detallado de la seguridad en el sistema sanitario y de los mecanismos que garantizan su correcto funcionamiento.
El liderazgo de España en integridad sanitaria llega en un momento crucial:
La inversión en salud pública crece, y con ella la necesidad de reforzar controles, gobernanza y evaluación.
La ciudadanía demanda más transparencia, especialmente en un sistema que gestiona grandes volúmenes de recursos y decisiones sensibles.
Europa observa con atención modelos que combinan prevención, datos y ética institucional, un triángulo estratégico para el futuro del bienestar.
La integridad se convierte en elemento clave para la credibilidad internacional de los sistemas sanitarios y para atraer talento, innovación y alianzas.
España no solo participa en esa conversación: la lidera.

Un país que avanza hacia una sanidad pública más fuerte, más transparente y más confiable
La celebración de esta conferencia en España y el mensaje institucional transmitido por el Ministerio de Sanidad dibujan un horizonte claro: la integridad no es un fin, sino un proceso. Una cultura que se construye día a día, que requiere metodología, voluntad política y compromiso institucional.
España ha decidido no quedarse en la retórica. Ha optado por la acción, por la evaluación continua y por una visión que une ética pública, innovación y servicio a la ciudadanía.
Este paso no solo fortalece el presente del sistema sanitario español, sino que anticipa un modelo europeo en el que la transparencia será la herramienta más valiosa para defender la salud pública.


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